¿A dónde van las ideas que se pierden?

01/12/2017


Solo espero que todas esas ideas, esas escenas calientes que imaginé pero no apunté, no se pierdan para siempre. Espero e imagino, en la misma proporción, que alguien las reciba y las disfrute por mí o mejor aún, conmigo.
Cuando me cruzo por la calle con desconocidos con cara triste y mirada abatida, imagino que reciben una de mis historias sin anotar, como por ensalmo. Sus caras se alegran, su mirada brilla, el deseo se palpa. Conexión. Su exuberancia despierta mi sensualidad, mi piel está más receptiva, mi sexo más húmedo, mis labios mas hambrientos.
Su alegría me pertenece, fue mi historia quien consiguió la magia, y yo recojo los frutos. Por derecho.

¡Quiero darle tanto placer! Quiero dejarle esa mirada durante siglos, que jamás olvide ese calor en su alma ni en su entrepierna. Quiero que sepa que antes de tener mis labios en su sexo ya me había deseado, ya me reclamaba. Quiero que recuerde ese mordisco que ha endurecido todavía más su miembro, quiero que pueda verse las marcas durante meses, que me recuerde. Quiero que comprenda, que yo olvidé anotar una historia, pero él la está viviendo y eso no se olvida. 

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