proposición II

Cuando me bajé de la limusina una señora de aspecto elegante y eficaz se adelantó y se presentó a si misma como Claude. Ella sería la persona que me guiaría por aquella velada procurando que no me faltara de nada. Me sentí como una diva que acude a un homenaje, agasajada y mimada por todos. Claude me acompañó a una especie de camerino donde me ayudó a desvestirme y delicadamente aplicó aceites olorosos por mi cuerpo entrando en las zonas más intimas, mi piel se erizaba con su contacto y ella me miraba a los ojos y sonreía. - Tranquila, todo es bastante más sencillo de lo que parece, además eres preciosa y todos estarán contentos contigo- - Estoy tan nerviosa… - Es normal, ¿es tu primera vez?-preguntó - Si, - No te preocupes por nada, yo estaré cerca para cualquier cosa que necesites, pero creo que te lo vas a pasar muy bien. ¿Me permites una pregunta íntima?- preguntó arqueando sus cejas y dejando ver mejor aún sus espectaculares ojos verdes. - Por favor, tienes mis pechos entre tus ma...