la boda............de pandora.


Estaba esperándola al pie de los cuatro escalones que me separaban del altar, balanceándome sobre mis talones, impaciente por dar un paso tan importante. La iglesia estaba repleta, familiares y amigos se revolvían dentro de sus vestidos de seda y trajes utilizados poco a menudo. Se notaba el perfume de las señoras en el ambiente y el after shave de los hombres, los niños intentaban controlar el impulso de salir corriendo por el largo pasillo, algunos no lo lograban, los más mayores los miraban con comprensión, Algunos de los invitados paseaban la vista de un lado a otro intentando encontrar algo que les llamara la atención, algunos fijaban su mirada en mí y se reían, todos la esperábamos a ella, la figura principal de la ceremonia, la blanca novia.

Por fin se abrieron las puertas, vi su contorno atravesar el haz de luz, avanzaba lenta hacia el interior, estaba preciosa como si se tratara de un ángel que venía hacía mí, despacio, muy despacio. Sus pasos eran delicados como si no pesara, desprendía la sensación de pedir permiso a cada avance. Sus hombros desnudos dejaron impresionados a muchos de los hombres allí reunidos, nadie la imaginaba tan imponente como se mostraba, aunque su timidez ante los demás seguía siendo la misma. Pero yo sabía cuanto de incierto había en esa fachada, sabía que en el interior de aquella muchacha flacucha y espigada, de piel tan clara que parecía leche, escondía otra mujer que sabían tomar las riendas en cualquier situación, que ejercía su poder sobre mí, con tan solo una mirada.

Mientras avanzaba su mirada se cruzó con la mía, una sonrisa, entre torcida y entreabierta que me encendió las mejillas. En aquel instante, mientras avanzaba por aquel pasillo y la observaba, tuve una erección. La recordé desnuda, tumbada en la cama de un hotel, su piel blanca contrastaba con hilos de chocolate caliente que se deslizaban entre sus muslos, mi lengua lamía cada uno de ellos, restregaba el chocolate que tenía entre sus pechos masajeándolos y estrujándolos entre mis manos, comía con avaricia todo lo que el chocolate cubría. Me obligué a dejar de pensar en ello pero ella ya había notado el bulto en mis pantalones, dirigía su vista hacia mi pernera con mirada divertida y asombrada. Volvía a mirarme a la vez que se mordía el labio inferior, los demás lo interpretarían como gesto habitual de su timidez, pero yo sabía que lo que pretendía era calentarme aún más, sabía que era un gesto de aprobación ante mi abultado pantalón. Noté el brillo en sus ojos, la lujuria brillaba en ellos, dejé de ver al resto de los presentes en la iglesia, tan solo nosotros dos, uno frente al otro con nuestro deseo flotando entre ambos. De repente la tenía a mi lado, sus enormes ojos oscuros me miraban con picardía. Admiré la frescura de su rostro, la sencillez de su semblante, la calma del que sabe que tendrá lo que busca tarde o temprano.
No recuerdo las palabras del párroco, ni cuando me pregunto si yo quería, ni si ella respondió que si, pero recuerdo el beso que nos ofrecimos. Sus labios húmedos se acercaron a los míos, en un gesto de lo más atrevido por su parte sabiendo que éramos el centro de atención, mi boca la esperaba abierta, mi lengua preparada para enredarse en la suya, mis labios ansiosos de los suyos, mi corazón entregado en un beso. Fundidos en un abrazo, allí mismo la hubiera desnudado al notar el calor de su pecho contra el mío, si no hubiera sido porque, el discreto párroco me tocó en el hombro haciéndome recordar donde me encontraba.

Habíamos organizado la fiesta para el disfrute de todos, incluidos nosotros, pero la impaciencia se cruzó en nuestro camino haciéndonos desear que aquella gente se marchara dejándonos a solas. El frescor del aire se hacía patente, los jardines estaban llenos de gente, no quedaba ningún lugar en el que nos sintiéramos completamente a salvo de los invitados, no había lugar en el que pudiéramos ser nosotros mismos, donde ella pudiera besarme con la urgencia y el descontrol que nos merecíamos.

Nos reclamaron para bailar en la pista, accedimos, era lo que se esperaba de nosotros y lo hicimos sin rechistar, salvo, que quizá, la presión sobre la pelvis de ella sobre la mía, fuera un poco más fuerte de lo necesario, quizá, sus pechos, rozaran mi camisa un poco más de lo aconsejado por la profesora de baile, tal vez, nuestras manos unidas y nuestra vista fija en los ojos del otro, fuera un tanto delatora de la pasión que nos arrastraba, al igual que la música nos guiaba por la pista. Solo aquel camarero supo ver la urgencia, indicándome con un gesto el camino que debía seguir en cuanto acabara el baile. La vi con aquel vestido, arrancándoselo con prisas, acomodando mi lengua entre sus pechos y mi miembro entre sus piernas, sus labios mordiéndome desesperada, arrancando los botones de mi camisa, sacando la fiera que esconde a los demás, dejándome que yo la amanse con mis envites. No dudé ni un segundo en entender el gesto amble del camarero, mi cabeza se ladeó lo suficiente para acercarme al oído de ella y susurrarle que me siguiera a una distancia prudente para no levantar sospechas.

Avanzaba deprisa por el pasillo, no deberíamos ir juntos pero lo cierto era que ella me guiaba, intenté levantarle la falda del vestido, pero ella se giró y me dijo:
-Ni te imaginas todo lo que escondo debajo- con una de las sonrisas más maliciosas que le había visto jamás.
Decidí no preguntar y dejarme llevar por lo que aconteciera, llegamos a una puerta donde rezaba la inscripción: MANTENIMIENTO prohibido el paso, pero ella abrió el pomo de la puerta decidida a ignorar la advertencia. Cerramos la puerta con el pie, nuestros besos y abrazos eran fieros, sus mordiscos dolían y aceleraban mi excitación, ya me estaba desabrochando los pantalones cuando ella se arrodilló, rápidamente mis pantalones acabaron en los tobillos junto con mis calzoncillos, no me dejaba mucha movilidad, pero nos apremiaba el deseo y no es bueno hacerle esperar, al menos así lo pensaba yo. Quise levantarla para besarla de nuevo, para subir su falda y descubrir aquello que había escondido bajo ella, pero se negó, se quedó arrodillada observando mi pene erecto, su lengua rozó la punta, y se separó, volvió a acercarse para jugar con ella, sus labios chuparon despacio todo el tronco, engulló con fuerza todo el miembro haciéndome notar sus dientes, la obligué a levantarse violentamente junté mis labios a los suyos, mis manos estrujaban sus pechos por encima del vestido, retiró mis manos y me obligó a alzarlas por encima de mi cabeza. Noté el contraste del frío, del plomo de las tuberías que pasaban por encima, con el calor que tenían nuestros cuerpos, noté la suavidad de sus manos acariciando mis músculos, fue entonces cuando supe lo que había estado escondiendo bajo su falda, pero ya fue tarde, me encontré esposado a las tuberías. Me quedé gratamente sorprendido, todo y que normalmente ella era muy dada a utilizarlas, pero no esperaba que lo tuviera planeado, aunque conociéndola como la conocía no sabía de que extrañarme.

Sonreí al darme cuenta de su pericia, y me preparé para disfrutar del sexo que me iba a ofrecer, noté como sus pechos acariciaban mi pene, como sus pezones respondían al contacto erizándose y endureciéndose, noté como se separaba par engullirme entero, para devorar mi piel, empecé a mover mi cadera como si penetrara en su sexo, le costaba respirar por la fuerza y rapidez de mis acometidas, si seguíamos así un minuto más no aguantaría, y no quería acabar sin entrar en ella, deseaba darle todo el placer que ella me estaba dando. Notaba toda la sangre de mi cuerpo concentrada en su boca, la necesidad de explotar se hizo casi insoportable, justo a tiempo ella supo frenarme, dejó de acariciarme con sus labios, erguida me miró a los ojos. Vi la malicia reflejada en ellos, noté el peligro en su sonrisa, no me dio tiempo a reclamarle, se acomodó el vestido, recogió un rizo que caía fuera de lugar y se marchó. Me dejó esposado a las tuberías, con los pantalones en los tobillos y una erección de campeonato.

Me quedé mudo de asombro, sabía que volvería pero no podía precisar cuanto tiempo me tendría allí, me pregunté si siempre seguiría siendo así, si después de los años seguiríamos disfrutando del sexo tanto como ahora, nos imaginé diez años adelante, unas canas, unos kilos más, quizá algún hijo, pero seguía viéndola hermosa, redondos pechos que se mostraban ante mi, quizá mi cuerpo no se lanzara tan rápido a la acción, pero seguramente estaría dispuesto la mayoría de las veces. Pensar en nosotros haciendo el amor dentro de unos años, no dejó que mi erección se viniera abajo, así que cuando regresó, me encontró igual de dispuesto que cuando se había ido.

Se acercó a mí despacio, su rostro era serio, la mirada dirigida hacia mi sexo, no dijo nada, pero en su mirada supe ver que estaba satisfecha de que me encontraba preparado. Me soltó las esposas, me tumbó sobre el banco de madera donde debían sentarse los empleados cuando se cambiaban y se sentó a horcajadas sobre mi sexo, cogió mi sexo con la mano y le enseñó el camino que debía seguir para introducirse en ella, sus movimientos lentos al principio me hacían enloquecer, sus pechos bailaban al ritmo que ella imponía, mis manos los aprisionaron, jugaron con sus pezones, mi boca quiso llegar pero no lo consiguió. La velocidad con la que entraba y salía de mí aumentó poco a poco hasta alcanzar un ritmo frenético, sus gemidos resonaban por el cuarto semivacío, supe cuando llegó su orgasmo, la dejé disfrutar de él y retuve el mío, quería que me recibiera tranquila. Pero no fue así, cuando sus envites se ralentizaron cuando yo creí que me tocaba llegar al final, salió de mí, me hizo levantar, pensé que cambiaríamos de postura, pero no sé como, volví a encontrarme esposado a la tubería fría de plomo, noté el dolor del vacío, esa sensación que te deja helado. Esta vez no se había despeinado, esta vez, solo bajó su falda para volver a salir del cuarto, y dejarme allí solo.

En el rato que estuve solo entendí que sería su juguete, me tenía allí para su entera disposición, como y cuando quisiese, el juego era perfecto, ella lo sabía. Me resigné y lo acepté, todo y que me preguntaba cuanto duraría el juego, si los invitados se darían cuenta de mi ausencia, si algún camarero con ganas de fumar entraría en el cuarto y me encontraría esposado a las tuberías. Seguí pensando en ello, también temeroso de que no regresara en mucho rato, me dolían los brazos y los pies. Para mí fue eterno, realmente no puedo precisar cuanto tiempo pasó, pero regresó con una sonrisa, alegre y con brillo en sus ojos, me preguntó que había pasado mirando a mi lánguido pene, arqueando las cejas de forma inquisidora, no supe contestar. Se arrodilló, jugó con mi pene entre sus manos, blandiéndolo como un péndulo de una mano a la otra, se endureció al instante, lo engulló con hambre, voraz. La engullía y la abandonaba rápidamente, exploté en su boca casi al momento, su boca no lo esperaba y mis jugos se desparramaron por sus labios, ella, juguetona los recogía con su lengua hasta quedar limpia, una gota había caído en su mejilla, la recogí con el dedo, ella se apresuró a lamerlo como si de aquella gota dependiera su vida.

No volvió a atarme, dejó que me vistiera y recobrara la compostura, ya en el quicio de la puerta se giró y me miró directamente a los ojos, volvía a ser la criatura tímida que todo el mundo conoce, la mujer serena que se mostraba ante los demás, sus palabras fueron un susurro, un rumor. ­


-si te preguntas si siempre será así, la respuesta es no, no será lo mismo, será mejor, mucho mejor- y con paso firme cerró la puerta dejándome con la sonrisa en los labios.

pd.-
En la parte derecha de mi blog en cosas picantes, creo, está el enlace de ÉL. Si, si mi ÉL.

Comentarios

Mariquilla Terremoto ha dicho que…
Pandi con este te has superado.
Me ha gustado muchisimo... y es genial como describes todo; los pensamientos, las caricias, cada detalle.

Simplemente genial
Mariqui
x
Erotismo ha dicho que…
estoy de acuerdo con terremoto... te superas día a día. Que nivel de narrativa y de ardor!

muy bien pandora
Adise ha dicho que…
Qué complicidad...supongo que es lo que más he envidiado de los recién casados.

Un beso.
Anónimo ha dicho que…
Uff! te has salido.
Que pedazo relato.
de nota pandora.
un abrazo.
Paradox ha dicho que…
Estupendo, fascinate relato. Me ha encantado. Vaya día de bodas, no quiero pensar lo que pasaaría aquella noche, aunque puestos a pensar...
Un beso
Anónimo ha dicho que…
¡Vaya boda e inicio de una vida conyugal que promete...!¡ Vaya si promete!.
Con cada relato te superas.
En este, como no, juegas con algo tan normal como es el deseo de dos novios en el dia del enlace. ¡Bien!
Un fuerte abrazo.
El vecino del 4º ha dicho que…
...qué decir???...
casémonos...
casémonos...
todos y todas...todos los díassss...
va...casémonos...
ejejjejejjejeje...

tremendo.

besossssss

tu vecino del 4º
Unknown ha dicho que…
Bien! Me imagino que este es el relato del que hablábamos en el Artículo de Pimienta!!!!...

Que bueno!!!

Me ha entusiasmado la frase final... tal vez te la robe, para una noche de Serezade... susurrarla al oido de mi amado.

Gracias mil por estos fantásticos relatos.

Abrazos grandes.

Mai
Anónimo ha dicho que…
Valga la redundancia, hacia tiempo que no tenia tiempo para pasarme por aquí, pero... ahora que he podido hacerlo... !Hay que ver que cabecera más guapaaaa te has puesto!... Me gusta, le da un aire muy seductor a tu blog... Te sienta bien el cambio... Besosssss, me alegra estar otra vez de vuelta, a ver si ahora puedo pasar por aqui más amenudo, que conste que no es por falta de ganas!!
Duquesa_Van ha dicho que…
Bueno pues si me faltaba algo para convencerme.. terminaste con mis dudas!!

Fantástico Pandora, te superas cada día.

Vecino.. casemonos, pero ya mismo!!! jajaja

Besoooos
pandora ha dicho que…
MARIQUILLA, me he puesto "colorá"jajajjaa.

EROTISMO, simplemente gracias, pero imagino que algún fallo tendrá!!!!!!jajajajja.

ADISE, Es cierto, la complicidad es lo que me dió la idea, el resto vino solo.

ITOITZ, te ha gustado, me gusta que te guste!!!!!!!!!jajajjaja.

PARADOX, jajaja, pero....pensar no es perder un poco el tiempo¿??¿?¿jajjja.

PROMETEO,....ese deseo que nos hace perdernos....

MAI, realmente no es este, pero también le viene bien, El que te comentaba lo publicaré la semana que viene y....no es tan picante!!!!!

VECINO, dónde??¿?¿?¿ cuándo?¿?¿¿??¿ cómo¿??¿?¿¿

ALALLUNA, me alegra mucho, pero mucho mucho, verte por aquí.

COCO, a tí no te digo nada que acabo de dejarte un comentario en tu blog que me ha dejado sin palabras!!!!!!!!!!


un beso desde mi caja.
pandora.
Carnmars ha dicho que…
Pandora me ha encantado, jamia eres toda una maestra!!!

Besicos.
Orestes (Ex Al) ha dicho que…
Un precioso relato erotico lleno de intriga ya que por momentos llegue a creer que la novia era un transexual o incluso un travesti. Fuiste capaz de crear esa incognita a pesar de que se supone que un noviazgo de estos tiempos tendrá sus antecedentes antes de pasar por el altar.
Muy bien narrada esta historia.
Con tiempo, leere otras.
Y ahora he de dejarte porque ya esdtamos en las maniobras de aproximacion a Singapur.
Un beso
Karlos ha dicho que…
Woooww!!! Has cambiado de casa y con el cambio te has superado. Un beso (con el permiso de EL).
Cruela DeVal ha dicho que…
Pando, en serio has pensado en mandar tus relatos a una editorial, creo de verdad que valen la pena... serían unos recopilacion de relatos eróticas perfecta, para guadar en la mesilla de noche....
Mejor que el viagra
Besos
ODRY ha dicho que…
Guapisima, me has dejao pasma y mas que deseosa de ver a mi propio lo antes posible. Ja Ja Ja.
Un besazo guapisima
Anónimo ha dicho que…
encantador relato...
Un beso
Anónimo ha dicho que…
Una descripción perfecta de lo que es el deseo de una pareja el día de su boda... tan perfecta que me han dado unas ganas locas de pasar otra vez por el altar!!

Estoy con Cruela, deberías pensar en publicar tus relatos porque son geniales.

Un beso!!
Marc ha dicho que…
Hola Pandora,
No habia visitado tu nueva casa y he de decirte que me gusta mucho la mezcla del negro con el rojo pasión. Los relatos fantástcos hacen volar la imaginación....procuraré pasarme más a menudo.

un bso.

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DémoNan ha dicho que…
Jejeje hoy de esos relatos para no leer en horas de oficina... como están hoy los blogss :-)
pandora ha dicho que…
carnmars, no puedo decir más que gracias.

orestes, si ya lo dicen que cada uno que lee un texo lo ve de maneras muy diferentes, encantada con que hayas querido llegar al final para desvelar la incógnita.

carlos, madre mía cuanto tiempo, a ver si actualizas guapo!!!!

cruela, oye al final me lo creeré, vuestra opinión no sé si es demasiado objetiva!!!!!jajajaja

cosita, tienes que tener eso en cuenta antes de venir al blog!!!!!!!jajajaja.

gansumio, gracias.

estrella, la verdad es que no hace falta pasar por el altar, sólo encontrar un momento similar.....je.

marc, felicidades!!!!!! quise enviarte un email pero no lo tengo, se quedó con todo lo de terra y no puedo recuperarlo. En fin que muchas gracias por las flores y que espero que duermas bien.

démonan, nooooo en la oficina nooooo, en casa con alguien cerca hombre!!!!!!!jajajjajaja.


un beso desde mi caja.
pandora.

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