fantasías alrededor de un café.....depandora.

Fotografía: Kris Gebhardt.

-Cuéntame tu fantasía sexual más habitual- insiste Pedro.

Mientras escuchaba esas palabras, miré alrededor, la gente que estaba próxima a nuestra mesa debía haber escuchado la demanda, incluso me pareció que la pareja de enfrente estaba esperando la respuesta. Era morboso, era ardiente, no dudé más que unos segundos, y sin ningún tipo de vergüenza me lancé a explicarle mi más oculta intimidad.

“…estoy ante la ventanilla de una taquilla de un cine X, pago mi entrada mientras el señor barrigudo de la entrada no deja de mirar mis pechos. Al entrar en la sala busco un sitio donde no haya gente demasiado cerca, resulta ser una butaca de las últimas filas. La película está empezada y la acción ha empezado ya, a mi derecha en la misma línea de fila hay un caballero que no puede esperar a llegar al lavabo y allí mismo descubre su sexo sabiendo que lo estoy mirando. De todas formas yo no dejo de mirar el movimiento de su brazo, como se agita, como parece bailar como si los jadeos de la pantalla fueran la música que lo empujaba. Noto más movimiento en las filas delanteras, una muchacha se levanta de su butaca y se arrodilla delante de su acompañante, no veo nada más que el movimiento de su cabeza. Noto como me humedezco por dentro. Otro caballero se levanta de su asiento y se acerca a mí, se sienta en la butaca contigua mirando en todo momento la película, como si no quisiera perderse detalle, a continuación posa su mano sobre mi falda y empieza a remangarla hasta rozar con la yema de sus dedos mi muslo. Un escalofrío me recorre por dentro, pero logro controlarme, con una mirada le insto a que me enseñe su sexo, no dejaré que me toque si no me atrae su sexo, como si de una prueba se tratara. Desabrocha su cinturón y escucho la cremallera deslizarse, en un segundo muestra orgulloso su sexo erecto. Sonrío, es mi forma de decirle que estoy conforme, lo que me ofrece me ha gustado lo suficiente por el momento…”

-ejem…ahora seré yo el que no pueda levantarse de la silla en un buen rato…

-ya, ¡¡¡¡eso te pasa por preguntar!!!!!!-contesté yo, de todos modos, yo si que me levanté, quería que todos puedieran observar la abultada entrepierna de Pedro ¡¡¡¡¡fui la envidia del local!!!!