
Antes de continuar tengo algo más que deciros que no dije en mi presentación, el cuerpo que me porta es de una mujer muy real, de carne y hueso, su nombre no puedo desvelarlo porque ella lo ha decidido así, y yo siempre respetaré sus decisiones. Pero no me gusta referirme a ella como “mi cuerpo” ya que ella no es mía sino parte de mí lo mismo que yo de ella. A ella también le gusta diferenciar cuando escribo yo o cuando lo hace ella por eso he elegido un nombre, una diosa griega, ¡Cómo no! Pero para mí tiene un significado especial, es la diosa de la salud, la que puede curar los males tal y como hizo conmigo cuando me dejó formar parte de ella, es un galantería que me permito, una forma de agradecer poder estar aquí, una forma de corresponder su generosidad…se llama Panacea. Y como lo prometido es deuda creo que ahora ya puedo continuar con la historia que empecé… Le encontré en un bar una tarde que había quedado con un ardiente conocido. Se me quedó mirando embelesado, cuando nuestra...